No ha pasado ni un mes desde que abandonásteis La Torre de Evarlin y
apenas habéis tenido tiempo para descansar. Rápidamente se corrió la
voz de que unos aventureros portaban grandes objetos mágicos y, desde
entonces, todo ha sido una vida de sobresaltos: Simeon el Bastardo, La
Hermandad del Dios del Saqueo, Los Archimagos del Último Día, el gremio
de ladrones del Más Allá e incontables cazarrecompensas, buscavidas y
gente e todo pelaje ha probado fortuna.
Cuando
por fin os habéis alejado de aquellas tierras, parece que por fin os
habéis ganado un pequeño.... NO!! ¿Para qué engañarnos? No hay descanso
para los aventureros.
ACTO 1- EL CLAN RALUKA
De
un recoveco del camino aparece una horda de gnomos de aspecto torvo y
afiladas navajas que se abalanzan contra los héroes. Hablando un extraño
idioma y portando cadenas de oro, tratan de apuñalarl al grupo,
apoyados por la magia de una gnoma vieja y arrugada a la que llaman: LA
MAMMA!!!
En
el fragor del combate, la MAMMA muere por una flecha y los gnomos se
retiran, pero antes de irse, todos ellos juran y escupen en sus
escapularios prometiendo venganza y lanzando la maldición del Clan
Raluka....
Un ominoso trueno suena en la lejanía.
ACTO 2- ARIANNE ALKAN
Una
voz conocida les interrumpe. "Vaya, parece que lo que contaban era
cierto". Es Arianne, la jefa mercenaria que les contrató semanas atrás
en su desesperada lucha contra el ejército Gnoll. De nuevo parece necesitar su ayuda. "Necesito recuperar un objeto mágico y creo que vosotros podéis ayudarme".
"Mi
familia murió hace años y yo he renegado de mi apellido, Alkan. Pero a
pesar de que la sangre de los míos ya no está en este mundo, me gustaría
encontrar las hojas gemelas de mi espada." Mientras desenvaina su
decorada arma. "Los Colmillos Son espadas matadragones y se dónde
encontrar una de ellas. Sólo necesito alguien que sea experto en tratar
con artefactos".
A
cambio, Arianne le ofrece el botín que pueda encontrar, la amista de su
hermandad de mercenarios: "Los Lobos de Acero" y refugio de por vida en
la ciudad de Puerto Ahorcado. Arianne parece una aliada de fiar y el
trato es bueno.
ACTO 3- EL PORTAL DRUÍDICO
Tras
un breve viaje, se adentran en una zona boscosa con colinas, donde
llegan ante un menhir con símbolos druídicos. Un hombre fornido les
espera allí, va vestido con pieles y es grande bonachón. Errek Ulmu les
explica que el círculo druida hizo un pacto con Arianne para abrir el
portal a un semiplano de la naturaleza, donde se supone que está el
objeto.
El druida, tras ser aceptado por el grupo, no duda en abrir el porta con el poder de su magia natural.
ACTO 4- LA CAÑADA
Tal
y como esperaban, entran en un bosque pero no de aspecto faeerico. Sino
se trata de una cañada sombría y una niebla pegajosa les comienza a
envolver, con un aura gris que se adhiere a sus artefactos mágicos.
Apenas
tienen tiempo a reaccionar cuando son atacados por un grupo de arañas
gigantes y Ettercaps. Parece que habián anidado en su madriguera. En el
combate, no pueden disponer de objetos mágicos puesto que parece que la
niebla los inutiliza. Pero con la ayuda del druida-oso y sus habilidades
de combate, consiguen deshacerse de los Ettercaps, no sin cierta
dificultad por el veneno de las arañas gigantes.
ACTO 5- WAFFEL, EL DRAGÓN VERDE
Una
vez han conseguido dejar atrás a las criaturas, pero no a la niebla
anuladora, llegan a lo que parece ser una antigua ciudad élfica devorada
por la espesura. En un dialéctico élfico antiguo leen lo que parece una
inscripción de un escudo: Ardhelion, de la casa de Hyness.
Pero
rápidamente su atención queda capturada por una gran sala donde hay un
docena de objetos preciosos, claramente mágicos, como si fuese una sala
de trofeos. Y en el centro, una espada gemela idéntica al Colmillo.
Pero al acercarse, una voz gutural que parece venir de todas partes resuena:
"Bienvenidos, inesperados visitantes. ¿Me concederíais el honor de mostraros mis maravillas?
Un dragón verde adulto se descuelga de las columnas y olisquea al grupo:
"Permitidme que me presente, mi nombre es Waffel el verde...."
Durante la conversación, más bien amenazas veladas, como si jugase con ellos. Waffel intuye lo que están buscando, el Colmillo.
"Es
una espada con pedigrí nefasto para mi raza. Con ella dieron caza a
Herersug el blanco, Kilaras, de los pantanos e incluso hirió al
legendario padre de dragones Astartoh. Pero yo he conseguido
domeñarla....... anulando su magia en este reino".
Su
vista se dirige a un joya que nadie había visto, engarzada en la bóveda
que cubre la sala de maravillas. "Es el corazón del elfo que aquí yace,
utilizado para protegerme de maravillas. Como las que puedo oler encima
de vosotros." Ronronea mientras observa al grupo.
Pero
rápidamente detectan codicia, las armas obtenidas en la Torre y en el
estanque de Uldred, especialmente "Matagigantes", parecen llamar su
atención. Áldagor, conocedor de dragones, rápidamente intuye que no sólo
busca las armas, sino el sacrificio del grupo al entregar tan magnos
objetos y ofrece sus guantes. Sin vacilar, el resto del grupo ofrece sus
artefactos.. Salvo Rheon quien afirma que el dragón debe hacerse valer
para obtener "Matagigantes".
Waffel
divertido, comienza una pequeña escaramuza contra el bárbaro que,
contra todo pronóstico, resiste a los ataques del Dragón e incluso llega
a herirle. Llegado a es punto Waffel utiliza su poder y está a punto de
matar al grupo, que finalmente entrega la espada a cambio de Colmillo.
Quizás sin saber lo cerca que han estado de la muerte a garras del
dragón.
EPÍLOGO- ARDHELION
Cuando el grupo se dispone a abandonar los dominios de Waffel, el dragón verde sisea:
"Por cierto....no seáis malos invitados.... No habían saludado al anfitrión".
En
ese mismo momento una flecha derriba a Lúvatar y un tumulario, antiguo
Alto Elfo, aparece de la tumba acompañado por varios zombies, para
combatir al grupo. La lucha es encarnizada, con las risas del dragón
como espectador, pero finalmente consiguen derrotar a la criatura cuyo
espíritu vuelve a la gema, dejando tras de si su Espada Ladrona de Vida y
un colgante de platino con el sello de la casa Hyness.
Pero
esta vez Waffel cumple su parte del trato y les deja abrir el portal de
vuelta y huir. Al cruzar el portal, el menir se resquebraja pero una
piedra rúnica aparece en su corazón.
Errek
Ulmu la coge y la entrega al grupo. "Los espíritus son conscientes de
vuestro sacrificio y por ello el destino os sonríe. Lo necesitaréis en
el futuro". Es una Piedra de Advertencia, uno de los poderes que tenía
Matagigantes.
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